La reina del ‘tex-mex’ y la asesina: el mito de Selena sigue vivo 30 años después de su muerte

Iker Seisdedos García • 30 de marzo de 2025

El museo de Selena Quintanilla-Pérez en Corpus Christi, una ciudad de mayoría hispana en el sur de Texas, frente al Golfo de México, contiene casi todo el universo de la Reina de la Música Tex-Mex : centenares de retratos de la cantante, su Porsche rojo, la colección de huevos de Fabergé, los premios y discos de oro y platino, una veintena de los trajes que ella misma diseñaba y la riada de fans que van pasando por grupos cada pocos minutos. De la mujer que la mató por la espalda, Yolanda Saldívar, no hay rastro. Y una sutil elipsis da cuenta ―en las cartas de pésame de, entre otros, el presidente Bill Clinton y George Bush hijo, entonces gobernador de Texas― de la muerte el 31 de marzo de 1995 de una artista de 23 años que ya había hecho historia en la industria del pop latino y en la comunidad mexicano-americana en Estados Unidos.

Selena junto a Yolanda Saldívar, su asesina. Yolanda era la presidenta de su club de fans de Selena y gerente de la compañía de moda de la cantante.
Selena Quintanilla en febrero de 1995, en su último concierto, en Houston.
Yolanda Saldívar, en una foto reciente proporcionada por las autoridades de Texas.
La familia de Selena, durante el sepelio, el tres de abril de 1995. Desde la izquierda, Abraham Quintanilla, de espaldas, Marcela, la madre, el viudo, Chris Pérez, y la hermana, Suzette
Una foto de Selena, colocada por los fans en la valla del recinto en la que vivían los miembros de la familia Quintanilla en Corpus Christi (Texas).
Mural en honor a Selena Quintanilla, en el barrio de Molina, en Corpus Christi, donde la cantante vivía.